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13.11.2019

EL DÍA MÁS SANGRIENTO DE BOGOTÁ "PARECÍA EL FIN DEL MUNDO"

Por: Valentina Cárdenas

Juan José nació en horas de la madrugada un viernes con unas cuantas horas de la puesta de sol, en el transcurso de la mañana el cielo se tornaba sombrío, como si se tratara de una corazonada de alguna catástrofe.


Esta historia comienza con la alegría de ver comenzar una vida y la tristeza de ver apagar la lucha de un pueblo, esta historia inicia el viernes 9 de abril de 1948, el día más sangriento de Bogotá.

Los padres de Juan José no le contaron con mayor detalle lo que vivieron ese día, él tan solo tiene conocimiento de que el Bogotazo fue "que mataron a Gaitán y se volvió todo un caos, hubo robos, muertes, incendios, en fin, pasó de todo", pero no más.

Es por esta razón, que Carlos, un habitante de Bogotá de 59 años, no vivió el Bogotazo, pero su amada madre que tiene 90 años si le contó lo que sintió y dice que cuando empezó el rumor de la muerte de Jorge Eliécer Gaitán, fue uno de los sucesos que jamás se pudo haber imaginado. "Menos mal tenía mercado en la casa porque eso no podían salir, porque el que saliera le mochaban la cabeza y ella sí vio cómo cientos de cadáveres estaban en el piso y llevaban volquetas como corriendo basura y por volquetadas se los llevaban y los tiraban quién sabe dónde y volvían por más. Ella sí lo vivió en carne propia y se quedó en su casa encerrada hasta que terminara el Bogotazo y fue duro y cruel" según lo cuenta su hijo Carlos.

"La muerte de Jorge Eliécer fue la muerte de la palabra de un pueblo"- dice Carlos de 59 años.

Aquel bogotano, a pesar de no vivirlo directamente, si cree que aún están vigentes las consecuencias del Bogotazo, por esta razón, dice que "fue un duro golpe hacia las centrales obreras, pues se sabe que Jorge Eliécer Gaitán era jefe único, y Gaitán se lanza a hacer una manifestación que nunca ningún hombre lo ha hecho en la Plaza de Bolívar, y se llamó 'la marcha del silencio', cuando Gaitán le protesta a Mariano Ospina Pérez quien mueve toda la oligarquía conservadora, sabe que si se hubieran realizado las elecciones, Eliécer ganaba", fue en ese momento donde Carlos lo dijo en un tono seguro.

Continuando la conversación, Carlos se expresa indignado diciendo que obligatoriamente había que matar a Gaitán, pues Mariano Ospina por obligación sabía que toda la oligarquía temblaba con la palabra Gaitán. Es así, como el Gobierno sabía que había un hombre que movió toda la masa, y el Estado siempre es enemigo de que el pueblo surja y todo porque ellos son los que manejan el poder.

De igual manera, continúa hablando y expone que "¿como un proceso de paz viene a darle garantías a un sistema terrorista que el pueblo lo alcahuetea y acepta?, ¿Cómo se puede alcahuetear un proceso de paz, las FARC, el ELN?, que no importa lo que lleven de esto, es con terrorismo lo que ha logrado, para sentarse las FARC ahí como un partido político, tuvo que haber sangre, violaciones y crimen.

-¿Qué piensa usted entonces del pueblo?

- Que este es un pueblo mediocre y estúpido que estamos bajo una dictadura terrorista, la muerte de Jorge Eliécer fue la muerte de la palabra de un pueblo, por eso nuestra palabra no tiene un líder que levante y defienda los derechos de un pueblo, desde que se murió Gaitán, todos los líderes que se levantan y quieren progresar son asesinados.

-¿Cuál cree qué es la mayor consecuencia que dejó el Bogotazo?

- La consecuencia que deja es la privatización de la palabra, que la palabra se censura a través de las balas, se habla de política y todo, pero usted va a reclamar su derecho y lo asesinan, pero usted va con armas si le dan el puesto que quiera, entonces el Estado es un país terrorista, asqueroso que no vale la pena la democracia.

Sentimientos de terror

Luego de esa charla, siendo la 1:44 de la tarde, en el costado derecho de la Plaza de Bolívar, se encontraba una vendedora ambulante, de nombre María Mellano, es boyacense, pero vive en la capital hace más de 69 años, es una señora amable y honesta.

Poco a poco se fue creando una pequeña conversación sobre lo que ella vivió el 9 de abril de 1948, en la que respondió de una manera tan tranquila y sincera, diciendo que no entendía mucho de lo que había pasado en esa época ya que habían pasado muchos años, tampoco entendía quién era Gaitán, ni qué era un presidente y no hace mucho tiempo vino a entender cada una de estas cosas.

Ella a pesar de no entender exactamente a quién habían asesinado ese día, sí sentía mucho susto según lo que dijo, tanto así que lo expresó de una manera atemorizada diciendo que parecía el fin del mundo, después de escuchar esas palabras, preguntas por montón surgieron.

-¿Qué estaba haciendo cuando mataron a Jorge Eliécer Gaitán?

- Yo estaba abajo en San Victorino, estaba trabajando en un restaurante, ese día en serio parecía el fin del mundo, eso empezó la balacera y nosotros estábamos hasta ahora empezando a despachar almuerzos, cuando todo el mundo empezó a cerrar rejas y corra, estábamos muy asustados.

-¿Qué hizo después del acontecimiento?

- Nos tocó cerrar, la señora con la que trabajaba vivía en San José y yo la acompañé hasta allá, salí por la sexta porque por la séptima no se podía uno meter, en serio parecía como si se fuera acabar el mundo porque hubo mucha gente muerta y perdida y aún hay gente perdida de ahí.

Bogotá después de los 70 años del Bogotazo.

Foto tomada desde la Torre Colpatria por Valentina Cárdenas.


En medio de la nostalgia que vivió, se ponía a pensar que Jorge Eliécer, el sujeto fallecido, tuvo que ser importante, por esta razón ella cuenta que se tomó el atrevimiento de preguntarle a las personas qué era lo que significaba Gaitán para Colombia, fue ahí en ese preciso momento cuando le explicaron que él estaba luchando por ser el nuevo presidente.


Más cerca de Gaitán

Tantas historias por escuchar y relatar sobre lo que sucedió el 9 de abril que sin duda, ningún sujeto pararía de oír o de leer, es por esta razón, que Carlos Julio Rodríguez cuenta su historia cuando era chico, para ser precisos cuando tenía 8 años.

-¿Podría contar la historia que vivió durante el Bogotazo?

- Mi historia si es como chistosa, porque imagínese que existía un Gato Negro que era un café, mi madre era la que estaba trabajando en la greca, entonces yo dormía debajo del mostrador, y mi mamá le subía a Gaitán el tinto, y mi abuela trabajaba en El Tiempo cuando era en la cuarta con Jiménez vendiendo pan de yuca, entonces ella también bajaba a llevarle pan de yuca a Gaitán y me entraban a mí a la oficina entre las 10:00 o 10:30 de la mañana para tomar las onces y me subían y Gaitán me sentaba en las rodillas.

Cuando mataron a Jorge Eliécer yo estaba durmiendo en su oficina, mi mamá me cogió y salimos corriendo porque eso se puso tenaz, robaban, mataban, mejor dicho, entonces mi madre fue a dejarme donde una tía en los Barrios Unidos, porque ella se devolvió a buscar a mi padre que estaba envolatado.

-Pero, ¿lo encontró?

- Sí, estaba bien, pues arrastrado pero bien - en

Medio de una gran Carcajada.

-¿Cómo quedó el café después de los hechos?

- El café quedó buenísimo, pero lo tumbaron y no sé por qué, porque eso debió ser reliquia, cómo las oficinas y la parte de abajo, es decir, deberían existir unos almacenes, pero estar como reliquia donde estaba Gaitán.


- ¿Le indigna ver que ahora haya un Mcdonalds donde mataron a Eliécer?

- Sí claro, porque uno no debería hacer eso, como te digo, lo del café da lástima que haya desaparecido, es decir que hubiera un almacén de ropa o cualquier cosa, pero que existiera, no que lo taparan, he hicieran una pared ahí, que no tiene nada, que no significa nada, hubiera sido mejor donde estaba la casa de él, donde es el museo, acá debería estar el museo, no allá

En la esquina de la Jiménez con Séptima de Bogotá, está la placa de Jorge Eliécer Gaitán, lugar donde fue asesinado.

Así fue que Bogotá después de la muerte del caudillo, quedó desolada, desnuda, abatida, destruida, con miseria, sangre por todas partes y demás cuestiones que duelen, pues no es solo una ciudad, es todo un pueblo.

Dos anécdotas demuestran que dichas personas no le dieron o le siguen dando importancia de lo ocurrido al Bogotazo, pues una señora de edad, dice que no se acuerda de mayor cosa, pero que ese día estaba en casa y ya, dejó pasar esa fecha porque no le gusta ver noticias y que le cuenten nada raro, pues según lo que dice se vuelve loca con tanta mentira.

Otro señor, sin expresar nada, después de preguntarle qué pensaba de que ahora hubiese un Mcdonalds donde asesinaron a Gaitán, respondió con frialdad diciendo: "yo digo una cosa, uno ya después de muerto ya qué caramba, ya el que se murió, se murió y listo", hasta expresó con ironía que la política era un buen negocio, que le hubiese gustado ser político, pero que ya no, porque ya el tiempo no le alcanzaba, de igual dijo que la política era buena, pero para robar.

Tantas voces que jamás se escucharon, donde las pocas que se pronunciaron quedaron envueltas de dolor, se puede ver como hoy en día se resigna por el control político, donde se ha visto tanta violencia y corrupción. Aquel 9 de abril de 1948 murió un hombre, que fue el fin del mundo para muchos y también el fin de la libertad de todo un pueblo que ha sido acallado por 70 años, pero a pesar de tanta tristeza que se vivió, Juan José, el que nació el mismo día del Bogotazo, está actualmente casado con María Helena y llevan 50 felices años de matrimonio.




UN DESTINO INIMAGINABLE 


Por: Valentina Cárdenas

Si te detienes a leer lo siguiente, tan solo espero que una vez empieces no te detengas hasta finalizar. Al cabo de un par de líneas descubrirás una historia realmente sorprendente. Si no es de tu agrado, es mejor que lo olvides, que te alejes y sigas pensando en las cosas que no harás a pesar de tener todo el tiempo libre del mundo, y si realmente quieres hacer algo, sal, diviértete, disfruta, porque no te harás más joven. Es por esta razón, que una vez que empieces a leer esto, decidas bien, si continuas y crees o te marchas sin conocer una historia que cada que pasa el tiempo, es olvidada. Así que antes de comenzar, cabe recalcar que al personaje principal de esta historia la llamaremos Julieta, ya que su identidad no será revelada.

Es 19 de octubre y alegrías de por medio se presentan, pues se emprende un viaje de amigos ingleses, los llamaremos Juan, José, Fabio y Julieta. Esta última tiene una relación amorosa con Fabio. Finalmente, después de varias decisiones eligen el rumbo al que quieren ir para disfrutar de los paisajes, conocer diferentes culturas y ambientes, es por ello, que el lugar seleccionado es el Cabo de la Vela, uno de los municipios del departamento de la Guajira en Colombia.

Al pasar su primer día de vacaciones en este lugar, ven como poco a poco el viento despoja sus peinados, entre risa y risa, disfrutan de todo lo que les puede brindar el paisaje. Al pasar las horas, el cielo cada vez más se tornaba oscuro, así que se dirigen al lugar donde se hospedan, más conocido como rancherías. Allí no hay agua potable, se suministra este elemento gracias a carro tanques y es por eso que para obtener esta valiosa sustancia líquida hay que comprarla y la venden entre 3.000 a 5.000 pesos la vasija, con esto, cada persona cubre diferentes necesidades como lo es el baño.

Juan y José, se encuentran en los chinchorros de la ranchería donde se hospedaban, hablando de cómo han pasado su día en una de las playas más tranquilas de Colombia según lo que han escuchado. Por otra parte, Fabio y Julieta dialogan, pero se ven algo tensos, desesperados, como si se tratara de una discusión que no tuviese fin. Es así como ella molesta, tras ver que se crea un conflicto con su pareja decide retirarse del lugar donde se encontraban, comenzó a caminar sin rumbo alguno y una de las cosas en la que no cae en cuenta, es que sale a altas horas de la noche. Sin saber específicamente cuánto ha caminado, llega a un lugar deshabitado, con madera y ramas colgando, haciendo forma de una casa, usualmente son las rancherías de los Wayúu, siendo las más humildes y pobres.

El viento sopla, las hojas de los árboles se escuchan fuerte, creando sonidos distintos, se escucha un ruido de pasos muy leves, Julieta tan solo piensa que son hojas secas en el suelo ocasionando esos sonidos. En ese momento, tres hombres venían siguiéndola, de repente, la abordan, comienzan a decirle cosas obscenas, soportando maltrato psicológico y físico, pues luego de ello, le suministraron fuertes golpes por todo su cuerpo, que después de ello, en gallada abusan sexualmente de ella.

Al terminar semejante canallada, los tres hombres, se marchan del lugar, como si nada hubiese ocurrido, ella siente que ya no están en su alrededor, pero su cuerpo no soporta más y queda de inmediato inconsciente

Llega la mañana siguiente, Julieta se despierta gracias a la luz blanca que se refleja desde el cielo, ella trata de reaccionar destrozada, maltratada y derrotada por no poder hacer mayor acción, se dirige a la ranchería donde se hospedaba con sus amigos y pareja, se encontró con ellos, pero era demasiado tarde, pues no logró recordar e identificar a las tres personas que le habían ocasionado ese daño irreparable.

Todos estaban preocupados, tensionados, sorprendidos y no mucho menos afligidos por lo que le había sucedido a su amiga, fue en ese momento que tratan de poner en conocimiento a las autoridades de la Guajira, específicamente a la Policía Metropolitana de la ciudad de Riohacha, capital de la Guajira, quienes dieron una respuesta desmotivadora, diciendo que no podían mezclarse en asuntos de culturas étnicas, concretamente de culturas indígenas como los Wayúu, que tienen sus propias leyes internas, haciéndola una manera de costumbre cultural entre ellos, más no como leyes escritas.

Posteriormente, al ver que tenían poca respuesta o más bien cero respuesta por parte de las autoridades colombianas e indígenas, se devuelven de inmediato a su ciudad natal, Londres, capital del Reino Unido, tratando de poner el caso en conocimiento a los mandos ingleses, quienes llevaron el asunto al Comité Nacional de Derechos Humanos, dando respuestas negativas, pues es un caso que pasan los días y no ha sido objeto de ningún estudio y eso se debe a que es bastante complejo, por no decir que es imposible, ya que una autoridad inglesa no se pueda adentrar en un caso como el que se expone y eso se debe a que las leyes penales colombianas no son contradictorias, simplemente, por más que se ejecute una orden de captura, en un municipio como el Cabo de la Vela, que se gobiernan por leyes de costumbre que vigilan las autoridades indígenas, nadie o ninguna de las tribus de las tres personas que fueron los que cometieron el acto, van a poder revelar la identidad de ellos por la sencilla razón que las personas parecen ser de diferentes tribus y entre ellos tienen distintos duelos, es por esta razón que no quieren hacerle daño a ninguna de sus familias revelando la identidad de las personas.

En ese sentido, se deduce que aun cuando las comunidades indígenas juzguen a quienes pertenecen a su comunidad con sus propias leyes, las mismas pueden resultar injustas, ya que sus sanciones se basan principalmente en el repudio, el destierro, y muchas veces son sometidos a ser golpeados físicamente por los integrantes de la comunidad.

De igual forma es injusto, pues el caso de Julieta está actualmente impune y es una persona extranjera que no pudo cumplir o hacer valer sus derechos y no puede ver la compensación de lo que le han generado en el Cabo de la Vela, uno de los escenarios vistos por amantes de la naturaleza como el paraíso, pero ver como en este lugar tan lindo para muchos para Julieta dejó una herida profunda, pues ella fue vista como un objeto de ultraje y violación. Este tipo de circunstancias no debieron suceder y sin embargo, sucedieron en esa magnitud.

*Cabe resaltar que el inicio de la crónica es basada en la novela Asfixia de Palahniuk.

*Doy gracias a Juan Camilo Cárdenas Silva, abogado, especialista en Derecho Comercial y a Shirley Vargas Martínez, abogada, especialista en Derecho Constitucional, ambos desempeñándose en el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, por hacer que esta historia se realizara de la mejor manera y dar testimonio del caso expuesto.




¿SE PUEDE SER FELIZ ASÍ? 


Es un joven de dieciocho años. Es blanco, de estatura media, según su cédula mide 1.65, pero para ser sinceros hay que quitar 5 centímetros de ellos. Tiene ojos pequeños en los que proyecta un brillo indescriptible, éstos están cubiertos constantemente por un par de lentes, haciéndolo parecer inteligente, es más, es inteligente. Tiene un aroma de esos que trasportan a otro espacio. Cabello negro. Tiene labios regordetes siendo tan suaves como el terciopelo. Su sonrisa tan blanca como las nubes, hacen que sea única. Así que, para poder deleitarse junto a un atardecer, tan solo hay que mirarlo. Es delgado. Tímido. Algo reservado. Tiene una mirada discreta pero profunda, así que habría que descubrirlo. Al hablarme en repetidas ocasiones una avalancha nerviosa corría por mi cuerpo, pues es alguien tan único y especial, que era placentero escucharlo, así que cada que comparto con él escucho atentamente cada una de sus palabras. Finalmente su nombre es Sebastián Díaz.


Se caracteriza por ser una persona de carácter fuerte, sin embargo, es dulce y especial. A pesar de su frialdad, tiene grandes sentimientos, con eso quiero también dar a entender que es una persona en la que se puede confiar, donde si tuviese algo que decir, sin duda acudiría a él. Tantos momentos por relatar de esta persona tan brillante, que no alcanzan las hojas para terminar, en algún momento cuando siga descubriendo de él, seguiré escribiendo, pues pasó por tantos sucesos que nadie se imagina. Ha pasado por tanto, que he detectado en su voz una sinceridad, calor y sentimiento. Tanto así que no se ha podido transcribir en este escrito todo lo que en algún momento vivió y sintió.




Analfabetismo funcional traspasa toda clase social 

En Bogotá existen más de 70 mil personas, de 15 años en adelante, con deficiencia en comprensión de lectura y escritura, se ven más afectadas las mujeres que los hombres por esta problemática. 

Hoy en día se habla de analfabetismo funcional (A.F.) para referirse a las personas que saben leer y escribir, pero que no entienden ni lo que leen, ni lo que escriben. Se trata de hombres y mujeres que no utilizan la lectura en su día a día y por ende tienen problemas a la hora de relacionarse en un entorno determinado, bien sea de trabajo o estudio.

Cualquier persona puede ser analfabeta funcional independientemente de su clase social e incluso de su nivel educativo; puede afectar a estudiantes de colegio, universitarios, trabajadores, individuos que realicen posgrados, entre otros. En Bogotá se lee poco y de paso mal, según el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc), el 44% de la población mayor de 15 años se declara abiertamente como no lectora, y el 56% de ellos dicen que no lo hacen simplemente porque no les interesa.

Lo que sucede con estas personas es que se limitan y pierden la habilidad de tener un pensamiento crítico para crear e innovar. Estos actos de analfabetismo funcional se evidencian en diferentes contextos; por ejemplo cuando una persona le pide a la otra que lea un mensaje o texto y que al finalizar le explique lo que entendió, la gran mayoría de lectores deben releer inmediatamente ya que sólo pasan una ojeada mecánica.

Según un estudio realizado por El Tiempo entre las personas que son analfabetas funcionales, hay más mujeres (54,6%) que hombres (45,4%), además más de la mitad son mayores de 34 años. Eso quiere decir que existen fallas en el sistema educativo que perjudican más a las mujeres. Una mujer de la localidad de Suba testificó que no pudo estudiar por tener la necesidad de trabajar y darles una calidad de vida a sus hijos; otra mujer de 30 años que reside en este sector dijo que no tenía los recursos económicos y que ya no se sentía en edad de comenzar un proceso educativo.

Por su parte, la Alcaldía Mayor de Bogotá afirmó que las mujeres se ven más afectadas porque deben asumir responsabilidades que los hombres no se ven obligados afrontar: embarazos, cuidado de los hermanos, abandono, entre otros. ¿Cómo evitar entonces el analfabetismo funcional? La manera correcta en la que se debe hacer es aumentando los índices de lectura, fomentando que en las familias se practique la compresión de lectura y que en los centros educativos la lectura se realice más por gusto que por obligación.


Realicé este artículo sobre el analfabetismo funcional y la Agencia Prensa Rural me brindó la oportunidad de publicarlo en su sitio web. Como muestra de ello aquí dejaré el link.

Agencia Prensa Rural : https://prensarural.org/spip/spip.php?article23603

Valentina Cárdenas - 2019
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